Trinar... de otra manera. No es extraño el desafío cristiano ante las lenguas, culturas y modos de comunicación entre los pueblos. Desde el primer momento hubo que afrontar ese reto cuando sin más bagaje cultural, lingüístico o técnica comunicativa Jesús emplazó a los primeros discípulos a ir a todo el mundo para anunciar la Buena Noticia. Misioneros de todas las épocas han buscado el modo para comunicar el encuentro con Jesús como alguien vivo, capaz de conmoverse con mis penas y gozar en mis alegrías, alguien que con respeto y vigor ofrece la respuesta a mis preguntas todas.
En este sentido, confieso que me hizo ilusión ver al Papa asomado a un iPad. La instantánea de la Agencia Reuters nos lo presentaba en una estancia del Vaticano, entre vitrinas de libros y discretos cortinajes, un reloj de colección sobre la mesa, y rodeado de señores y monseñores que miraban asombrados el dedo del Pontífice mientras picaba el artilugio digital.
Ahí lo tenemos, nada menos que al Sucesor de Pedro, dándole al twitter para entrar en la popular red social, comunicando así mensajes en clave cristiana. Son muchos los modos como los cristianos hemos proclamado la Buena Noticia de Jesucristo. No ha habido ágora ni areópago en los que no hayamos entrado como hizo el apóstol Pablo para anunciar lo que habíamos encontrado. Benedicto XVI lo recordaba en la 43 Jornada Mundial de los MCS: «En los primeros tiempos de la Iglesia, los Apóstoles y sus discípulos llevaron la Buena Noticia de Jesús al mundo grecorromano. Así como entonces la evangelización, para dar fruto, tuvo necesidad de una atenta comprensión de la cultura y de las costumbres de aquellos pueblos paganos, con el fin de tocar su mente y su corazón, así también ahora el anuncio de Cristo en el mundo de las nuevas tecnologías requiere conocer éstas en profundidad para usarlas después de manera adecuada».
El Papa nos da un precioso ejemplo de cómo hemos de saber utilizar los medios modernos para comunicar el Evangelio eterno, precisamente evangelizando ese continente digital.
Por eso decía Benedicto XVI en esta Jornada: «Aunque nos asombra la velocidad con que han evolucionado las nuevas tecnologías en cuanto a su fiabilidad y eficiencia, no debería de sorprendernos su popularidad entre los usuarios, pues ésta responde al deseo fundamental de las personas de entrar en relación unas con otras. Este anhelo de comunicación y amistad tiene su raíz en nuestra propia naturaleza humana y no puede comprenderse adecuadamente sólo como una respuesta a las innovaciones tecnológicas. A la luz del mensaje bíblico, ha de entenderse como reflejo de nuestra participación en el amor comunicativo y unificador de Dios, que quiere hacer de toda la humanidad una sola familia. Cuando sentimos la necesidad de acercarnos a otras personas, cuando deseamos conocerlas mejor y darnos a conocer, estamos respondiendo a la llamada divina, una llamada que está grabada en nuestra naturaleza de seres creados a imagen y semejanza de Dios, el Dios de la comunicación y de la comunión».
El twitter es una palabra inglesa que significa gorjeo, trino, eso que podemos observar en los hermanos pájaros, algo que en su brevedad logra emitir algo bello y bondadoso. No deja de ser simpático (permítaseme la respetuosa licencia) saber que el Papa también está que trina pero de otra manera, y que tuiteándonos o llamándonos de usted, no dejará de acercarnos bondadosa y bellamente a Jesucristo, esa Buena Noticia de la que él no deja de hablar.
+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm Arzobispo de Oviedo
@jesussanzmontes
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