La Iglesia ha renacido en las almas de los más de diez mil jóvenes españoles que, saboreando la Jornada Mundial de la Juventud del próximo mes de agosto en Madrid, han celebrado durante estos días, en Santiago de Compostela, un encuentro de Peregrinaje, y han participado en las catequesis y celebraciones sacramentales destinadas a ganar el Jubileo en este año Santo Jacobeo.
Santiago de Compostela ha ofrecido, una vez más, el abrazo del apóstol a quienes saben que las esperanzas de una sociedad mejor no se basan en las utopías de los deseos, ni en las huecas promesas de las ideologías. Se fundamentan en el encuentro con Cristo, Camino, Verdad y Vida. Es la fe, arraigada en Cristo y desarrollada en la plena comunión de la Iglesia, la que fortalece la vida ante las incertidumbres del presente y los interrogantes del futuro.
Mientras proliferan los datos estadísticos cuantitativos sobre la creencia de los españoles, como si de nuevas confesiones laicas se tratara, una parte nada desdeñable de jóvenes españoles, encabezados por sus obispos y acompañados por sus sacerdotes, han vivido estos días, en la inmediatez de la tumba del apóstol, la cercanía del amor de Dios manifestado en el tiempo y en todos los tiempos. También han asistido a la lección de la historia que nos enseña que así como Europa nació peregrinando a la tumba del apóstol Santiago, hoy, una nueva generación de católicos nace peregrinando, como ha recordado reiteradas veces monseñor Julián Barrio, arzobispo de Santiago de Compostela, hacia una más intensa amistad con el Señor, que es siempre garantía de amistad verdadera entre los hombres. Éste ha sido el sentido de la PEJ 2010.
Comentario editorial de “Línea Cope” de la Cadena Cope
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