Un título sugerente, quizá novedoso. ¿líderes?, por qué líderes. Líder según el diccionario es: Jefe de grupo, persona que ejerce su autoridad sobre los miembros de un grupo basándose en la confianza que le otorgan. Hay otra definición más acertada acerca del sentido que aquí le damos, es el término Líder carismático: Aquel que ejerce una dominación sobre el conjunto de la sociedad, apoyándose en unas cualidades que le hacen aparecer como providencial. Con estas definiciones demarcadoras me atrevo a sugerir otra a la luz de la propia experiencia y formación de líderes: aquel que es capaz de influir sobre muchos, sin dominar, planteando, sugeririendo, ofreciendo. Alguien con las ideas claras y un fin muy concreto y seguro, muy determinado, reflexivo.
El término “líder” se ha utilizado con fines muy concretos a nivel de dominio comercial, financiero, polítivo… pero si el foco de luz lo orientamos hacia una forma de influencia en el campo cristiano, cobra una fuerza espectacular y particular. El líder se queda en algo material, tangible, efímero; El líder cristiano ofrece otra dimensión, un enfoque claro y definido, pues su idea es clara, diáfana; su finalidad está en algo sobrenatural, es una tendencia a alcanzar al mismo Dios, al mismo Cristo y hacerlo llegar con la plenitud que precisa al corazón del hombre y la mujer de hoy. Líderes cristianos es una especie difícil de localizar… “rara avis”. A a veces extraño para sus congéneres, aunque tremendamente atractivos. Son esa “especie” de comunicadores no solitarios, trascendentes, aunque muchas veces tengan que caminar en solitario, pero con los pies muy puestos en el suelo y el corazón en el cielo.
Si a este término “líder cristiano”, añadimos …el complemento “desde la música”, damos una nueva dimensión a esa realidad: ser espejo del mismo Cristo, desde la estética, la sensibilidad, el sonido y el corazón, pues la música no es otra cosa que “sensibilizar el corazón, desde la estética del sonido”, términos que dan una trascendencia de belleza a aquello que nos llega desde el mundo del arte. Todo músico cristiano que se precie de ello, ha de subrayar desde su vida estos aspectos claros: Sensibilidad, corazón, estética y sonido. Cuatro términos que abren las puertas a otros varios conceptos que iremos desgranando en nuestro blog. Este líder no está en función de si mismo, sino del otro, los otros.
En momentos claves de nuestra historia, quienes han salvado nuestra civilización han sido aquellos hombres y mujeres con una idea muy clara de trascendencia en su corazón, los santos. Han utilizado los medios óptimos de cada momento para hacer llegar la felicidad y plenitud al ser humano de su momento. Hoy como nunca, es la hora de esos mismas personas heridas por una flecha de eternidad, desde aquello que toca de cerca la fibra en jóvenes y mayores: la música… Ella es uno de los mejores cauces que permiten y permitirán construir una civilización donde prime la palabra más trascendente de la humanidad: el amor… Desde estas líneas iremos marcando pilares, columnas centrales para dar plenitud a esos ecos de lo eterno… desde esa criatura que es “la música”.
Pautas, reflexiones, orientaciones que iremos delineando para quienes quieran educar en ese campo, o al menos ejercer con pasión, cuyo fin es el acercamiento de muchos de nuestros amigos y conocidos al mundo de la trascendencia desde la óptica de la música y más que música.
Rogelio Cabado
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