17 junio 2013

Città dei Ragazzi: la ciudad gobernada por niños heridos en la II Guerra Mundial cumple 60 años


El patio infantil se quedó vacío por la II Guerra Mundial. Los niños de Albano, en Italia, cambiaron los juegos por el miedo a los bombardeos. Monseñor John Patrick Carroll-Abing atendía a los heridos en la calle. 

Una de las explosiones destruyó la Iglesia de San Pedro, el sacerdote salió de entre los escombros y vio una escena que le cambió la vida. 


GRAZIOLI PORFIRIO
Presidente, Città dei Ragazzi
“Encontró un niño de dos años, dos años y medio sentado en el escalón de la Iglesia. Y el pequeño estaba esperando que se despertasen sus padres que habían muerto frente a él. Monseñor con su sotana toda polvorienta ve a ese niño y dice: ¿ahora quien cuidará de este niño?”.
Desde entonces Monseñor Carroll-Abing dejó su cargo en la Secretaria de Estado del Vaticano para atender a los niños y jóvenes sin familia. Darles de comer, proporcionar asistencia sanitaria a los heridos en la guerra y conseguir que recuperasen su infancia.
Fue el inicio de la 'Città dei Ragazzi', la ciudad de los niños, que comenzó el 6 de octubre de 1953. Un hogar gobernado y gestionado por los propios niños. Tenían una moneda propia que recompensaba el mérito y talleres para aprender un oficio y estudiar. 

ROBERTO FIACCHINI
Muestra,  'La mia città'
“El método con el que vivíamos en la Ciudad de los Muchachos era el auto-gobierno. Los jóvenes gobernaban solos en plena libertad y autonomía. Esto me sirvió más adelante también para educar a mis hijos”.
Roberto era este niño sonriente, sentado a la izquierda del grupo, que estaba hablando con el sacerdote. Desde los 11 a los 16 años vivió junto a sus hermanos en la 'Città dei Ragazzi'. Su madre no podía hacerse cargo de ellos. 

ROBERTO FIACCHINI
Muestra,  'La mia città'
“Para mí fue mi primer padre porque jamás conocí a mi verdadero padre. De alguna forma él fue un padre para miles de personas. Una figura muy carismática”.
El 6 de octubre la Città dei Ragazzi celebrará su 60 aniversario. Esta muestra fotográfica viajará por toda Italia y Estados Unidos no sólo para recordar el trabajo de Monseñor Carroll-Abbing, admirado por Pablo VI, Juan Pablo II, o personalidades como Walt Disney. También servirá para recordar la historia y evitar que se vuelvan a ver escenas como ésta. 

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