El objetivo de la jornada, con ponencia, comunicaciones, coloquios, audiciones y actos celebrativos y festivos, era, partiendo de la JMJ 2011 Madrid y todo su caudal de riqueza, luz y de esperanza, preparar el plan Misión Madrid que la Archidiócesis lanzará el próximo otoño.
Monseñor Rouco explicó que, en unos tiempos en los que las familias, la escuela o las universidades han dejado de ser centros de evangelización, la Iglesia debe hallar nuevas vías para llegar, especialmente a los jóvenes y a tantos "increyentes" como hay actualmente.
"No debemos dejar que la gracia de la JMJ quede perdida y desperdiciada", subrayó el cardenal, para quien la JMJ debe suponer un "impulso y estímulo" para la evangelización. El encuentro del 12 "es una jornada –dijo el purpurado- que piensa en el futuro de los jóvenes y que sirve para prepararnos con hondura y con nuevas propuestas para el Año de la Fe convocado por el Papa Benedicto XVI y que comenzará el próximo mes de octubre", precisó el delegado episcopal de la Delegación de Infancia y Juventud de Madrid, Gregorio Roldán, uno de los organizadores de los actos del 12 de mayo.
Homilía
El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, clausuró el sábado por la tarde la Jornada Joven de Nueva Evangelización. El auditorio del Palacio de Congresos de Madrid se convirtió en el escenario de una gran concelebración eucarística presidida por el arzobispo de Madrid. El cardenal estuvo acompañado por monseñor Fidel Herráez, monseñor Martínez Camino, multitud de sacerdotes y por los numerosos asistentes.
En su homilía el cardenal Rouco recordó que la Jornada Joven de Nueva Evangelización ha servido para invitar a todos los jóvenes de Madrid a que asuman el recuerdo agradecido de la JMJ de evangelizar de nuevo y ser apóstoles. Así, dio gracias al Señor por el don de la salvación que nos ha regalado. “La presencia del Resucitado permite darnos su amor. Si queremos mantenernos en los mandamientos y en la fe del Señor hay que acercarnos a la mesa de su sacrificio una y otra vez para alimentarnos de Él y para superar y vencer la tentación constante del pecado, también del pecado contra la fe”, afirmó.
Sus palabras también hicieron referencia al derecho a la libertad religiosa. El cardenal señaló que siempre hay que respetar este derecho, porque la fe va unida al bien fundamental de la persona humana.
Los pecados contra la fe, recordó, son los que más hieren la comunión con la Iglesia. “El primer paso de la caridad es la fe. Los pecados contra la fe son de naturaleza aparentemente intelectual que tienen que ver con las dudas del hombre. Cualquiera puede perder la fe, pero hay que ser humilde, sencillo y volverla a buscar”.
Otra de las razones que pueden hacernos perder la fe, explicó el cardenal Rouco, es a causa de la pérdida de la esperanza. “Los pecados contra la esperanza afectan a lo más hondo de la fe. El pecado siempre es un pecado contra el amor”.
Evangelizar a los jóvenes
El arzobispo de Madrid señaló que para evangelizar a los jóvenes de Madrid hay que llevarles el amor de Cristo, saliendo, sintiéndonos misioneros y comunicándolo con palabras y obras. La primera obra del amor es dar a conocer a Cristo”, subrayó. “La verdad del hombre es la de ser hijo de Dios. Hay que evangelizar, luchando, diciendo sí a Cristo desde lo más hondo de nuestra corazón”.
Finalmente invitó a todos los jóvenes a vivir la comunión de la Iglesia y salir a Madrid dando testimonio con la palabra y con la vida de que Cristo nos ama, porque cada vocación es importante. “La mejor testigo del amor de Cristo es la Virgen, por eso debemos contar con ella en la espiritualidad, en la oración personal, ella nos acompaña en este empeño apostólico y misionero de la Misión Madrid”, concluyó.
Con informaciones de la Agencia EFE y de Análisis Digital
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