04 julio 2013

Fútbol: Desdibujada España, por Cristian Serrano

Llegó el día. La invitada al trofeo, no siendo ésta una cualquiera, se enfrentaba a la vigente campeona del mundo y Europa. Fue un día de esos que no salía nada. Tres nombres propios tuvo la noche: Fred, Hulk y Neymar. Ellos presionaron lo más arriba posible para poner en duda a toda la zaga de la roja. España tan solo elaboró dos ocasiones de gol en los minutos que el partido existió. El encuentro tuvo dos puntos fundamentales: en el comienzo de cada parte Brasil marcó y España se perdió. Sucumbió ante una crecida Brasil, que se lo creyó desde el principio y que logró restarle cuarenta minutos de partido a la final. Discutible actuación arbitral y va una más de Webb. 3-0 en tres momentos de los que dicen psicológicos, ambiente hostil, derrota y a casa.

Con normalidad asumía el marqués Del Bosque la derrota, a quien pocas reprimendas le podemos dar y sí muchos agradecimientos. Paulinho y Luiz Gustavo se encargaron de Xavi e Iniesta. Fred, Hulk y Neymar de toda la defensa hasta hacerles dudar de todo. Y así es el fútbol. Un planteamiento perfecto unido a esas dosis de fortuna junto a un místico Maracaná entregado a la causa. Cuando no habían pasado tres minutos llego el 1-0. Los de Del Bosque comenzaban con el marcador en contra y Brasil atacando cual huracán. Intentaban ganar metros desde la imprecisión, la presión y la ansiedad de quien mantiene una batalla entre su corazón y su pensamiento.


España estaba perdida, apareció el santo y en el 40 Pedro tuvo el empate cuando un rubito, fuerte y alto se lanzó al suelo para desviar el esférico en línea de gol. A un minuto del descanso apareció Neymar para dar una nuevo golpe al partido. Comienza la segunda parte con el mismo guión que la primera, gol de Fred y 3-0. Tras haber marcado hasta siete penaltis frente a Italia, hubo la oportunidad y Ramos falló. Nada parecía caminar del lado español. Ahí se acabó el partido. Del Maracanazo a la pesadilla pasaron cincuenta minutos.

España había perdido jugando su peor partido seguramente desde el año 2007. Venció la mejor. Sin hacer un bello futbol pero con una confianza absoluta unida a una gran pegada donde Neymar se ha hecho el jefe a su corta edad.

España fue asfixiada y colapsada. Cada día es más difícil. Cada día nos estudian más. Faltó intensidad y, sobre todo, la circulación del balón con criterio, y, como consecuencia de esto, la finalización de las jugadas, hecho que se convirtió casi en una gesta. España se quedó sin repertorio y cedió a la desbocada Brasil. La sublevación ibérica nunca llegó.

Tocará volver a ver el partido, mirar lo sucedido, para corregir y subsanar errores. Fue la noche de la humanización del fútbol. Para aquellos que pensasen que son extraterrestres o máquinas, quedó visto que no, que son personas y que en el deporte también se pierde. Pronto nos hemos acostumbrado a estar en la cresta. Llegó la mayor bofetada en la “era” Del Bosque a tiempo de corrección para el próximo Mundial.

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