Al son de vals, tango y algo de techno, España ha logrado lo que nadie ha hecho: ganar Eurocopa, mundial y Eurocopa de forma consecutiva. En el mejor escenario, con la mayor de las presiones, un país inmerso en una fuerte crisis social y económica, y con una exigencia jamás conocida por el fútbol español, veintitrés futbolistas de un país que enamora tanto como su forma de jugar, se propusieron hacer lo que nadie hizo y además vencer por cuatro goles ante una Italia que llegaba tapada para irse por la puerta de atrás.
La victoria en la noche de hoy de la selección española provoca que diga esto: amigos, toca ser conscientes de lo que ha sucedido en los últimos cuatro años. Esto no es lo habitual y menos en nuestro combinado nacional. Varios secretos tendrá este resultado pero al ver a Del Bosque en algún video decir: "Jugáis con vuestros compañeros, dependéis de ellos", yo me rindo ante eso, la tranquilidad y la certeza en una forma de jugar.
Hace unas semanas hablaba de que esta es la generación que nos permitía soñar y exigir. Hoy es realidad y la exigencia ha sido olvidada en cada pase, en cada toque, y por supuesto, en cada gol.
Hemos machacado futbolísticamente a Italia, con elegancia, actitud y tintes de imperialismo dentro y fuera del terreno de juego.
Después de lluvias de críticas, Del Bosque y los suyos han vuelto a callar bocas jornada tras jornada encajando un solo gol, defendiendo con la pelota, y matando a los rivales con ella también. Hoy el fútbol español se ha doctorado, tras dos finales sufriendo, en Kiev se han paseado gustándose los protagonistas y cada aficionado.
No hay dos sin tres, decía el lema, habrá que cambiarlo por el no hay tres sin cuatro.
Gracias a todos porque el trabajo realizado a lo largo de muchos años está viendo reflejado sus frutos en los últimos cuatro años.
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