A falta de un partido, España se encuentra con cuatro puntos y uno más necesita para ser primero de grupo. La marea sentimentalista que domina a la sociedad en los últimos años se traslada al fútbol y por supuesto a nuestra selección. Siete días pasan del debut del combinado español frente a Italia donde tras el partido parecía que nos íbamos al pozo. Cuatro días después, se gana a Irlanda con contundencia y esta vez parece que nos vayamos a comer a Croacia y al resto que se nos cruce por delante.

Lo primero de todo era Italia, la mejor Italia de los últimos años, despegada del catenazzo, con ganas de jugar al futbol, y una de las favoritas bien sea en Eurocopa, bien sea en mundial. Lo segundo, era Irlanda, un combinado con poco que ganar y mucho que perder. El partido para España fue perfecto, se quitó presión, recuperó confianza, Torres mojó y el sistema con un nueve específico también. Esto significa que España, seguramente ha hecho hasta ahora lo normal, a falta de un partido, seguramente, más que disputado frente a Croacia.